INSTINTO ANIMAL

Ayer, mientras iba a lo loco haciendo miles de recados que ocupan el día a día de las amas de casa, me tope de frente con una pareja que arrastraba de la cadena a dos perros “king size”. Estaban los dos agachados con sendas bolsitas para recoger las heces de sus mascotas, pero con tan mala suerte que los perritos andaban sueltos del estomago y aquello era, mas que un “mondongo”, un charco marrón.

A mi que no se me ha despertado el instito animal, el amor que sienten muchas personas por sus mascotas, me produjo un escalofrío la imagen. Entiendo que se deben recoger, ya que sino las ciudades se convertirían en un verdadero campo de minas. Bueno, aunque en muchos espacios verdes de las  ciudades, se dejan para abono de los jardines y teñido de prendas de niños que corretean de un lado para otro.

Hay otra cosa que me saca de mis casillas; los que llevan a su perro con una cadena que se estira y estira como si fuera un chicle, impidiendo muchas veces el paso a los viandantes que también tienen derecho al uso de la vía publica. ¡Seamos civilizados y compartamos espacios!. Al final la educación de tu mascota depende única y exclusivamente de ti.

Este amor a los animales se tiene o no se tiene. Y casi siempre nace en la infancia, donde montones de niños llenan sus casas de tortugas, peces, ratones, perros, conejos...Algunas veces son tan pequeños, o apenas tienen conocimiento de la responsabilidad que esto supone, y los acaban abandonando en estanques, en la calle o donde mas cómodo le venga a los padres. Pero no, ¡eso no se debe hacer! 

Muchas personas se justifican diciendo que les hacen compañía. Lo entiendo. Tambien dicen que son mejores que las personas. Lo puedo llegar a entender. Pero lo que no entiendo es que suplanten la maternidad o las relaciones, por una mascota. ¿Quien va a pagar las pensiones?  En fin... disfruten de sus mascotas pero sean transigentes con los que no tenemos ese amor a los animales.