Todos los comienzos de año surgen un montón de propósitos y la inmensa mayoría relacionados con uno mismo, dejar de fumar, comer más sano, hacer deporte…. Se encuentran entre los objetivos claves de cara al nuevo año.
Yo he sido fumadora tardía y diría que social durante unos años, pocos pero si de un paquete al día, hasta que un buen día de otoño decidí por mi misma acabar con ese vicio absurdo y lleno de males. Lo hice porque era mi momento, estaba convencida de hacerlo y lo más importante: quería conseguirlo. No fue fácil, pero os diré que tampoco difícil. Han pasado ya catorce años y ahora puedo decir que es una de las mejores cosas que he hecho en mi vida.
Aprender a comer y no comer sano o “ponerse a dieta” es el siguiente reto. Esto último es algo que me irrita. La dieta es algo temporal que en la inmensa mayoría de los casos tiene efecto yoyo. Recuerdo las palabras de una dietista que se me quedaron grabadas. “Un gordo nunca será delgado, siempre será un gordo adelgazado”. Los kilos que marca la báscula siempre serán los mismos o aproximados, pero lo que si podemos conseguir es que nuestro organismo sea lo mas sano y equilibrado posible. Para ello debemos aprender que hay alimentos buenos y malos, que hay ciertos alimentos que contienen harinas y aceites refinados así como azucares sometidos a unos procesos modificados que alteran los componentes originales de los mismos convirtiéndose en veneno para nuestro organismo porque producen picos de glucosa, inflamación, deprimen el sistema inmunológico…
Mi consejo es que crees un estilo de alimentación basado en alimentos reales, leas los ingredientes de los productos procesados antes de comprarlos, cocines y escuches a tu cuerpo. Conseguir una microbiota sana debería ser tu objetivo principal.
Y si encima lo acompañas de un deporte adaptado a tus ritmos y dolencias lo tienes todo hecho. Pero a todos no nos gusta el deporte y me incluyo, aunque si hay algo que me gusta: nadar. ¡Ya lo tengo! Solo me falta quitarme de encima las excusas y empezar.
En fin… que no sea el mes de enero el que te marque tus ritmos. Sé tu mismo y porque realmente así lo deseas. Es la única manera en la que lo conseguirás, cuando tu yo interno quiera y no cuando te lo marquen los tiempos. A mi sólo me falta el deporte.