¿Os acordáis hace unos ocho años como vivíamos? Nos podíamos permitir todo tipo de cosas en base a nuestro trabajo, coches, casas, viajes..... ¡Que felicidad!
Había un gran numero de personas que tenían un puesto de trabajo, y gracias a ello podían acceder a muchas cosas. Su vida era plena. Incluso sus caras reflejaban alegría.
Hoy en día, la mayoría de la gente se mata a trabajar por dos duros, el nivel de vida sigue subiendo y los sueldos o bien se mantienen o bien suben el I.P.C. La gente vive con el nerviosismo de si su puesto de trabajo se va a mantener o por contra le van a meter en el próximo ERE de su empresa.
¡Pero que mundo es este! Estamos aquí de paso, venimos desnudos y nos vamos desnudos. ¿No creéis que nos merecemos tener una calidad de vida acorde a nuestros esfuerzos?
Igual viven mejor aquellas personas, que ajenas a la sociedad de consumo o civilización, viven retiradas en países subdesarrollados o lugares lejanos y aislados donde su única preocupación es ocuparse de su huerto.
Pero si que es cierto que debemos de darnos un capricho de vez en cuando, y pensar que el poder disfrutar de aquello que nos gusta es algo que nos llena y merecemos; bien sea una noche de copas, un viaje en familia, un tratamiento de belleza, un coche...... O cualquier otra cosa que nos haga sentir bien.
Basta ya de vivir para pagar a hacienda!! Y aguantar a toda la colección de mangantes políticos que viven gracias a nuestro esfuerzo.
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