Acabo de llegar de disfrutar de unos días de vacaciones en lugares maravillosos a lo largo y ancho España. Y he podido comprobar el sentimiento de patriotismo que se respiraba, tanto en las ciudades como en los pueblos mas pequeños. Miles de banderas ondeaban en balcones o ventanas, de casas grandes o pequeñas, humildes o no tanto. ¡Me encanta!
He conocido ciudades como Cuenca y sus casas colgantes. Tenia una ilusión enorme por verlo con mis propios ojos, pasear por su casco historico rodeado de acantilados, no apto para personas
vertiginosas, y por el rio Júcar. Os recomiendo que os alojeis en el Parador de Turismo, fantástico. Ubicación perfecta y comodidad máxima.
Valencia fue el siguiente destino. El buen clima y la playa me atrajeron muchísimo. Una gozada viniendo del norte donde ya estamos enfundados en abrigos y paraguas. Me encanto el Mercado de Colon y su ambiente; la horchata con los fartons ¡Que recuerdos! Ahora las hacen sin azúcar para diabéticos o personas que no les guste tan dulce; las mandarinas buenisimas, saben diferente que las que compro en mi frutería, la ciudad de las artes y el mercado central repleto de puestos que daban un enorme colorido y abrían boca y cartera a cualquiera.
Seguimos rumbo al sur por la carretera del Mediterráneo hasta llegar a Cabo de Gata. La sequía se hace patente; paisaje agreste, playas de piedritas pequeñas y toda la huerta de Europa bajo millones de plásticos formando un segundo mar. Mi bañador salió disparado de la maleta para sumergirse en el mar una y otra vez. ¡Estaba buenísima! Miles de turistas nórdicos, morenos como titos huyen de su país en busca de sol.
Continuamos ruta rumbo a Cordoba, ciudad con mucha influencia árabe y un casco histórico muy orientado a los turistas. Sus patios de flores, sus coches de caballos a 45€ la hora, la catedral, el Palacio de Viana, sus iglesias, su salmorejo y rabo de toro entre sus platos típicos, te cautiva.
Cáceres te recibe entre sus murallas, con un casco historico de cuento medieval y con gastronomía contundente.
Salirse de la autopista siempre es una buena opción para conocer lugares como Jerte, el valle de la cereza, la Sierra de Gredos o parques naturales.
Han sido 4000 kilometros fabulosos, repletos de paisajes, gentes, costumbres y gastonomia diferentes. Muchas veces cuando pensamos en un viaje, nuestra mente piensa en lugares lejanos, sin fijarse en que tenemos un país maravilloso, apto para todos los gustos y bolsillos. Por algo será que atrae a tanto turista extranjero y, miles y miles de personas vivan para ellos.
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