¡Hacia tantos años que no visitaba Cataluña!
Cuando era pequeña, una parte de mis veranos los pasaba en la provincia de Gerona. Mis vagos recuerdos de aquellos años y en especial de los lugares que visitábamos en familia, me han hecho volver por allí.
La verdad es que me encontrado con una Costa Brava con construcciones de los años 60 y 70, cuando se encontraba en su pleno apogeo. Localidades como Palamos, Ampuriabrava, Rosas llenas de turistas franceses, alemanes o suizos entremezclados con catalanes.
Playas largas de agua y arena oscura mezclada con pequeñas piedritas en contraposición de las pequeñas calas de alrededor de agua verdosa; verdaderos paraísos para las embarcaciones y los aficionados al buceo.
El sentimiento independentista se hacía visible en muchas de las fachadas de las casas de pueblos colindantes. Y sus gentes, algunas antipáticas se mostraban reticentes a hablar en castellano.
Cadaques es el pueblo más cuidado y pintoresco de los que he visitado. Sus casas blancas encaladas, su puerto pesquero y sus múltiples callejuelas por las que debes dejarte llevar y descubrir; son una verdadera sorpresa para el turista.
Arrastrada por el interés del lugar de descanso de Salvador Dalí, hoy en día convertido en un museo, me encontré con la imposibilidad de realizar la visita a las cuatro y media de la tarde ya que todos los grupos estaban completos. Al igual que al intentar visitar en la localidad de Figueres el museo, donde están la mayor parte de sus obras. ¡Una verdadera pena que no se cuándo tendré ocasión de repetir!
Casa donde vivió Salvador Dalí
Museo de Salvador Dalí en Figueres
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