Está comprobado que todo aquello que comemos hoy es lo que va a marcar la salud del mañana.
Todo empieza por la cesta de la compra, un hecho tan sencillo y rutinario pero al que hay que prestarle un poco de atención porque lleva un tiempo.
Lo primero que hay que hacer es ir sin hambre para evitar llenar la cesta por impulso y pensando solamente en llegar a casa para abrir el primer paquete con colores chillones que has arramplado en la balda de dulces o snacks.
Leer los ingredientes de los productos que metes en tu cesta es más importante de lo que parece. Evita azucares, harinas y aceites refinados así como demasiados conservantes cuando cojas los productos envasados. Te pongo un ejemplo claro: el queso rallado. Tan sólo debería de contener entre sus ingredientes: queso, sal y fermentos lácticos. Pues bien, si te pones a comparar entre varios de diferentes marcas, te vas a encontrar a mas de una cuyos ingredientes incluyen los famosos “E” seguidos de un número junto con otros ingredientes perjudiciales a la larga para la salud.
No elijas los productos por precio porque la calidad de lo que te metes al cuerpo en tu día a día va a determinar tu salud del día de mañana y la cantidad de medicinas que necesitaras para paliar enfermedades tan comunes como diabetes tipo 2, hipertensión…. entre otras. Piensa que el dinero que gastas hoy en alimentación de buena calidad es lo que te vas a ahorrar el día de mañana en medicinas.
Compra productos de temporada porque además de ser más baratos son de mayor calidad por ser más frescos, tener mayor producción y encontrarlos en varios establecimientos. El que sean de proximidad también es un detalle a tener en cuenta y ayudar a productores locales.
Y por último procura llenar tu cesta de la compra de verduras, legumbres, frutas, carnes blancas y pescado. Alimentos reales, frescos y de temporada.
Con estos tips ya puedes organizar tu próxima excursión al supermercado.
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